La Historia de los Garífunas

Un Relato Sobre Vencer Obstáculos

Por Pastor E. Omar Guzmán

LMC cuenta con un cierto número de Iglesias Menonitas Garífuna. LMC también posee conexiones con una red de iglesias Garífunas alrededor de los EE. UU. y Centroamérica. Este grupo de iglesias realiza un increíble trabajo del Reino. Por lo tanto, quizá deberíamos preguntarnos “¿quiénes son los garífunas?”

UN POCO DE HISTORIA
La historia de los garífunas constituye una especie de tragedia moderna en la civilización occidental. El pueblo garífuna se originó a partir de dos migraciones, una voluntaria, la otra forzada. Se cree que algunos pueblos africanos cruzaron el Atlántico, quizá hace tanto como en el año 1300 y llegaron a algunas de las islas de la cadena de las Antillas Menores al norte de la costa de Venezuela. Allí, se mezclaron con otros grupos tribales del Caribe. Otros africanos llegaron al Caribe como resultado del tráfico occidental de esclavos. Cuando los barcos de esclavos encallaban en los arrecifes e islas de las Antillas Menores, los supervivientes de esos naufragios encontraban refugio y se mezclaban con otros grupos caribeños. A estos a veces se les llama caribes negros.

En 1635 emergió una gran comunidad en la Isla de San Vicente en las Antillas Menores. Aunque en la isla existían pocos recursos minerales, en sus costas abundaba el pescado. San Vicente fue mayormente ignorada por las potencias coloniales debido a su escasez de recursos. Sin embargo, a inicios de los años 1700, tanto las armadas de Francia como de Gran Bretaña buscaron apoderarse de San Vicente. Para 1795, los británicos controlaron la isla, masacraron a la mayor parte de la población garífuna y asesinaron al líder, Joseph Chatoyer. Los británicos capturaron a los garífunas restantes, quizá tan pocos como unos 5.000 y los expulsaron de la isla. Muchos fueron exiliados a Roatán, una pequeña isla de bahía en la costa de Honduras. Para 1797, con la aprobación del gobierno español, muchos garífunas migraron desde Roatán hasta la costa hondureña.

En el siglo XX, la creciente comunidad garífuna, la cual en su mayoría trabajaba en la pesca, comenzó a trasladarse hacia la agricultura, la industria textil y la de servicios. La preocupación por el desempleo también generó una presión migratoria hacia los países centroamericanos vecinos, así como a centros urbanos costeros de los EE. UU. y de algunos países costeros europeos.

Actualmente, tantos como unos 300.000 garífunas viven a lo largo de las costas de Belice, Nicaragua, Guatemala y, especialmente, Honduras. Más de 100.000 de ellos han emigrado a los EE. UU. El idioma garífuna es una mezcla de arahuaco (el idioma nativo), español, francés y otros idiomas del Caribe.

UNA CONEXIÓN CON LMC
Los misioneros EMM fundaron una congregación garífuna en Honduras a finales de los 1940. En 1986, EMM fundó una congregación garífuna en Nueva York, la Iglesia Evangélica Garífuna en el Bronx con Celso Jaime como pastor. En 2006, después de mucho discernimiento, la iglesia del Bronx me envió a Manhattan para iniciar una nueva congregación, la Iglesia Evangélica Garífuna de Manhattan.

A partir de estos comienzos en Nueva York, emergió un movimiento multiplicador, la Misión Menonita Garífuna. En el transcurso de los últimos 10 años, se abrieron nuevas congregaciones en Brooklyn, una segunda congregación en el Bronx y congregaciones individuales en Miami, Houston, Nueva Orleáns, Boston, Seattle, Wilmington, NC y Los Ángeles. La Misión Menonita Garífuna también fundó dos iglesias que no son necesariamente iglesias garífunas. Igualmente, la Misión Menonita Garífuna apoya a otras iglesias garífunas que no son de denominación menonita.

En Honduras se plantaron cuatro iglesias, una de ellas en la capital, Tegucigalpa. En los próximos años, nos preparamos para fundar nuevas iglesias en España y Francia. Esperamos enviar misioneros de vuelta a África en el futuro.

Muchas de las iglesias garífunas nuevas surgieron a partir de la Iglesia Garífuna de Manhattan. En esa localidad regularmente identificamos, entrenamos y enviamos de una a tres parejas jóvenes a sitios nuevos para que abran iglesias. Cuando la iglesia de Manhattan decidió plantar nuestra primera iglesia en Brooklyn, solo contábamos con 30 miembros, incluyendo niños y jóvenes. Una iglesia no necesita ser grande para abrir otra congregación. Escogemos personas jóvenes antes de que se involucren en tentaciones materialistas occidentales tales como comprar casa, buscar buenos trabajos y otras. Seleccionamos a los candidatos cuidadosamente y luego les instruimos en la congregación local por espacio de seis meses a dos años hasta que están listos para partir.

GARÍFUNA, CRISTIANO Y MENONITA
Ser garífuna conecta a una persona con un idioma, una cultura y una historia; en este caso, una historia trágica, una cultura de vencer obstáculos y un compromiso con la misión de Dios. El empleo y la seguridad financiera han representado obstáculos consistentes a lo largo de los siglos, los cuales han creado presiones migratorias. La búsqueda de trabajo empujó a los garífunas hacia los principales centros urbanos de la cuenca del Atlántico y la costa occidental del Pacífico. Las comunidades garífunas que se juntan en esos centros urbanos se convierten en locaciones de interés para los plantadores de iglesias de la Misión Menonita Garífuna.

Los líderes de la Misión Menonita Garífuna viajan constantemente para visitar a esas familias y ayudarles a definir una estrategia a seguir en el área, así como para permanecer bien conectados. Estos líderes llevan reportes a otras iglesias en la red y no los abandonamos si surgen dificultades. Para que una nueva iglesia se forme y adquiera suficiente fortaleza como para que funcione por sí misma pueden pasar de dos a cinco años.

Espiritualmente, bañamos nuestra vida en oración. Las congregaciones generalmente se reúnen todos los domingos por la noche para orar por intercesión. La oración ocurre regularmente durante la semana. La oración y ayuno ocurren una vez al mes como congregación. Las iglesias se comprometen a ayunar en enero, junio y octubre de cada año. La oración y ayuno toman lugar dentro del contexto del discipulado intencional. Tanto los nuevos creyentes como los líderes emergentes cuentan con un mentor que los acompaña en su travesía cristiana para proveer un cierto grado de responsabilidad. Eso es a lo que nos referimos cuando decimos discipulado intencional. Los mentores son típicamente seleccionados a partir del equipo de liderazgo en la congregación. Creemos que la preparación de los líderes nuevos y jóvenes que enviamos a nuevos lugares debe ser realizada por los líderes.

Los pastores que no desean liderar de esta manera (discipulando y enviando) son reemplazados por aquellos que sí tienen esa visión. Crear un movimiento que crezca y se expanda no se puede hacer de ninguna otra manera. Nuestra visión es divulgarle a la iglesia lo que Dios puso en nosotros y luego la iglesia envía más líderes hacia nuevos lugares en el mundo para que ellos repitan el proceso. Ya estamos comenzando a ver algunas de las congregaciones que hemos fundado iniciar por sí mismas el proceso de crear, a su vez, nuevas congregaciones. Esta es la visión multiplicadora. A Dios sea la gloria.

Omar Guzmán es el pastor de la Iglesia Evangélica Garífuna de Manhattan, líder plantador de iglesias para la red de Plantación de Iglesias Garifuna y coordinador de multiplicación de iglesias para LMC bajo la Iglesia en el Otro Lado (COTOS).

Translate »