Esta carta está traducida al Español después de la de Ingles
I grew up in a left-brained discipleship culture.
As a child and young adult, I was blessed to sit under gifted pastors who faithfully taught the Word of God. They emphasized beliefs, doctrine, and doing it right. Their love for God, His Word, and His people came through clearly to me, but the emphasis was on right beliefs, right actions, and right doctrine. Very rarely did they teach about experiencing God, the fullness of joy talked about by Jesus, emotional development, and identity in Christ. While I am extremely grateful for my left-brained discipleship culture, for much of my adult life, I have longed for MORE.
I don’t want to just know about Jesus, I want to KNOW and EXPERIENCE Jesus! I want to connect my head knowledge with my actions that flow from my heart. I want to reach out and touch the hem of Jesus’ garments. I want him to touch my blind eyes with mud and spit so I can truly see. I want him to lay his hand upon me and call me “daughter”.
In their new book, The Other Half of Church by Jim Wilder and Michel Hendricks, the authors talk about how much of our discipleship in the church has been half-brained. We have tended to focus on a left-brained approach that has left some of us with a traffic jam in our brain and no way to reroute the traffic. Wilder and Hendricks note that “The right side of our brain integrates our life, including our connection to loved ones, our bodies, our surroundings, our emotions, our identities and our community. Character formation flows out of these connections.”[i]
The longing for MORE of Jesus are placed in each of us by God Himself. It is not something we can manufacture. And this MORE is what Jesus came to give us. In Matthew 6:7-11 Jesus invites us to ask, seek and knock. And then he says, “If you then, who are evil, know how to give good gifts to your children, how much MORE will your Father who is in heaven give good things to those who ask him.” ESV).
Part of the much more is bringing together the right beliefs and doctrines with the opportunity to experience and know Jesus intimately. It is the integration of the left and right sides of our brains that can lead to character development, transformation, and mature disciples of Jesus.
As we at LMC continue moving in the flow of the Holy Spirit, seeking to make, mobilize and multiply disciples, let’s do so with the intention and purpose of making full-brained disciples who not only know about Jesus but who also walk with and experience him in everyday life.
Marcia Mylinon behalf of the Bishop Elders Teammmylin@lmcchurches.orgwww.LMCchurches.org
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[i] Wilder, Jim and Michel Hendricks. The Other Half of Church. Moody Publishers: Chicago IL, 2020, p. 28.
Crecí en una cultura de discipulado del lado izquierdo del cerebro.
Como niño y adulto joven, tuve la bendición de sentarme bajo pastores talentosos que enseñaban fielmente la Palabra de Dios. Hicieron hincapié en las creencias, la doctrina y en hacerlo bien. Su amor por Dios, Su Palabra y Su pueblo me llegó claramente, pero el énfasis estaba en las creencias correctas, las acciones correctas y la doctrina correcta. Muy pocas veces enseñaron sobre la experiencia de Dios, la plenitud del gozo de la que habló Jesús, el desarrollo emocional y la identidad en Cristo. Si bien estoy extremadamente agradecido por mi cultura de discipulado del lado izquierdo del cerebro, durante gran parte de mi vida adulta, he anhelado MÁS.
¡No solo quiero saber acerca de Jesús, quiero CONOCER y EXPERIMENTAR a Jesús! Quiero conectar el conocimiento de mi cabeza con mis acciones que fluyen de mi corazón. Quiero extender la mano y tocar el borde de las vestiduras de Jesús. Quiero que toque mis ojos ciegos con barro y saliva para que pueda ver de verdad. Quiero que ponga su mano sobre mí y me llame “hija”.
En su nuevo libro, “La Otra Mitad de la Iglesia” por Jim Wilder y Michel Hendricks, los autores hablan de cuánto de nuestro discipulado en la iglesia ha sido a medias. Hemos tendido a centrarnos en un enfoque del lado izquierdo del cerebro que ha dejado a algunos de nosotros con un atasco de tráfico en el cerebro y sin forma de desviar el tráfico. Wilder y Hendricks señalan que “El lado derecho de nuestro cerebro integra nuestra vida, incluida nuestra conexión con los seres queridos, nuestro cuerpo, nuestro entorno, nuestras emociones, nuestra identidad y nuestra comunidad. La formación del carácter fluye de estas conexiones”.
El anhelo por MÁS de Jesús es puesto en cada uno de nosotros por Dios mismo. No es algo que podamos fabricar. Y esto MÁS es lo que Jesús vino a darnos. En Mateo 6:7-11 Jesús nos invita a pedir, buscar y llamar. Y luego dice: “Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto MÁS vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”. ESV).
Parte de mucho más es unir las creencias y doctrinas correctas con la oportunidad de experimentar y conocer a Jesús íntimamente. Es la integración de los lados izquierdo y derecho de nuestro cerebro lo que puede conducir al desarrollo del carácter, la transformación y la madurez de los discípulos de Jesús.
A medida que nosotros en LMC continuamos moviéndonos en el fluir del Espíritu Santo, buscando hacer, movilizar y multiplicar discípulos, hagámoslo con la intención y el propósito de hacer discípulos con cerebro completo que no solo conozcan a Jesús sino que también caminen y experimenten él en la vida cotidiana.
Marcia Mylin en nombre del Equipo de Obispos Ancianosmmylin@lmcchurches.orgwww.LMCchurches.org