Arraigado en las Escrituras

Por Wiiam Higgins

Arraigado en las Escrituras

Por William Higgins

En el 2023, dirigí una serie de estudios bíblicos para Immanuel Community Church, de Flushing, Queens en su retiro anual del fin de semana del Día del Trabajo (Labor day Weekend). Enseñé en un estilo de enseñanza que llamo “Estudio Bíblico Holístico” que implica mucha participación y un enfoque en aplicar las Escrituras a nuestras vidas. Nuestro estudio fue sobre “Historias sobre Jesús y las mujeres en el Evangelio de Marcos”.

En este artículo, presento un breve estudio bíblico de Marcos 4:21-25, que nos anima a trabajar duro para estar cimentados en las enseñanzas de Jesús y las Escrituras.

Una exposición de Marcos 4:21-25

Este pasaje viene en el contexto de las parábolas del reino de Jesús. Jesús acaba de experimentar un gran rechazo por parte de muchos en Israel y comienza a centrarse en sus discípulos, aquellos que han creído en él. Los de afuera no entienden estas parábolas, pero él las explica a sus discípulos. Jesús nos anima a escucharlo atentamente y trabajar duro para comprenderlo. Marcos 4:21-25 dice:

“También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?  Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.  Si alguno tiene oídos para oír, oiga.  Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís.  Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.”

Todos estos dichos, que son parábolas en sí mismos y podría parecer que no están conectados, en realidad lo están y, en contexto, se refieren a las enseñanzas de Jesús. Enseñan una verdad simple: se necesita trabajo para entender a Jesús. Jesús realmente quiere que se entiendan sus enseñanzas. Lo compara con una lámpara en el versículo 21.

“También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?”

Así como una lámpara debe brillar, así su enseñanza debe dar luz a todos. La intención de Jesús se expresa en el versículo 22.

 “Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.”

Todo lo que Jesús esconde, por ejemplo en parábolas, quiere que salga a la luz. Todo lo que oculta, las enseñanzas difíciles de comprender, quiere que se dén a conocer. Pero tenemos que trabajar un poco. Jesús oculta su enseñanza para que sólo la encuentren aquellos que realmente la buscan. Las dos exhortaciones que vienen a continuación nos dicen lo que debemos hacer, versículos 23 y 24.

“Si alguno tiene oídos para oír, oiga.  Les dijo también: Mirad lo que oís”

Como discípulos debemos escuchar, “prestar atención a lo que leemos”, ya que las enseñanzas de Jesús ahora están escritas en las Escrituras. Jesús enseña que debes esforzarte un poco para entender lo que está diciendo. Luego viene un principio importante a medida que continúa el versículo 24.

“ porque con la medida con que medís, os será medido…”

Jesús usa este principio para centrarse en la comprensión de su enseñanza. Jesús está diciendo que existe una relación entre el esfuerzo que ponemos y la comprensión que recibimos de Dios. La cantidad de atención  que le pongas (buscando, descifrando, discerniendo, estudiando) es igual a la cantidad de comprensión que obtendrás. Del mismo modo, cuanto menos de estas cosas hagas, menos comprensión recibirás. Pero luego, está la generosidad de Dios para aquellos que se esfuerzan, el versículo 24 termina con:

“… y aun se os añadirá a vosotros los que oís.”

Si prestas atención y recibes de Dios en proporción a tu esfuerzo, Dios te dará aún más comprensión y además de esto; un excedente; un bono añadido, versículo 25.

“Porque al que tiene, se le dará…”

Los discípulos son un ejemplo aquí. Han recibido el mensaje del reino y se han reunido alrededor de Jesús y le hacen preguntas. Tienen cierta comprensión de sus enseñanzas y de lo que está haciendo. Entonces se da más. Jesús les dice lo que significan las parábolas (Marcos 4:34). Y luego tenemos una advertencia, que se encuentra al final del versículo 25.

“…y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.”

Ésta es la otra cara de la moneda, de la generosidad de Dios. Quien no escucha a Jesús, quien no se esfuerza, perderá hasta lo que tiene. Un ejemplo de ello es el suelo endurecido del camino. Satanás viene y les “quita” la palabra (Marcos 4:15). No hay quietud en el aprendizaje y la puesta en práctica de su enseñanza. O avanzamos o retrocedemos.

¿Qué significa esto para nosotros?

Como discípulos de Jesús, hemos recibido el secreto del reino de Dios en las enseñanzas de Jesús. En términos más generales tenemos las Escrituras y todo lo que en ellas se enseña. Pero todo esto todavía puede resultar difícil de entender. Al igual que los discípulos, que tenían a Jesús para ayudarlos, nosotros tenemos al Espíritu Santo presente con nosotros para ayudarnos (Juan 14:26), así como a otros creyentes (Colosenses 3:16).

¿Por qué Jesús ocultó lo que quiere decir, si quiere que lo entendamos? Una respuesta podría ser que es un buen enfoque de enseñanza hacer que los estudiantes trabajen un poco para resolver las cosas. Esta es una mejor manera de aprender que simplemente recibir todas las respuestas. Otra respuesta podría ser que Jesús no sólo busca comunicarnos información, sino que quiere tener una relación con nosotros. ¿Qué hay en nuestro corazón? Mientras luchamos con las Escrituras, ¿lo buscamos y así crecemos en nuestra cercanía a él?

Un desafío clave en este pasaje es preguntarnos honestamente: “¿Qué medida de esfuerzo estoy poniendo para comprender a Jesús y las Escrituras?” “¿Estoy leyendo, descifrando y estudiando o estoy contento con lo que sé y siento que es suficiente?” Hay mucho más de lo que cualquiera de nosotros descubrirá en toda una vida de estudio. ¿Tienes hambre de más?

William Higgins se desempeña como personal de recursos de LMC en el área de educación teológica y específicamente en la formación de la identidad Cristiana Anabautista. William también sirve a tiempo parcial como misionero no residente para EMM. Sirve a nivel mundial brindando capacitación en discipulado, desarrollo de liderazgo y aprendizaje mutuo y aliento con los socios de EMM. Él y su esposa, Stacey, asisten a la Iglesia Menonita de New Danville. William estudió teología histórica y sistemática y estudios bíblicos en Vennard College, el Seminario Teológico Gordon-Conwell y la Universidad Drew. Su visión es ayudar a nuestras congregaciones e individuos a ser discípulos de Jesús empoderados por el Espíritu, viviendo vidas que interactúen e impacten el mundo que nos rodea.

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